El noúmeno (del griego "noúmenon": "lo pensado" o "lo que se pretende decir"), en la filosofía de Immanuel Kant, se referiere a un objeto no fenoménico, es decir, que no pertenece a una intuición sensible (forma que tiene el humano de conocer, ineludiblemente a través de los sentidos según Kant), sino a una intuición intelectual o suprasensible.
En la filosofía de Platón representa una especie inmaterial o idea, e
indica todo aquello que no puede ser percibido en el mundo tangible y a
la cual sólo se puede llegar mediante el razonamiento. El noúmeno como
concepto fundamenta la idea de la metafísica en Platón.
La cosa en sí misma, fuera de su relación con nuestro modo de
intuirla o percibirla; no es objeto de nuestros sentidos, ni por lo
tanto de nuestro conocimiento. Para Kant no cabe un conocimiento de la
realidad nouménica pero es posible acceder a dicha realidad mediante la
experiencia moral; por ejemplo, aunque sólo podemos conocernos a
nosotros mismos como seres sometidos a la causalidad dominante en el
ámbito de los fenómenos (es decir como no libres), tenemos que pensarnos
también como libres si queremos aceptar la posibilidad de una conducta
sometida a imperativos categóricos, es decir una conducta moral.