Se llama nimbo al círculo luminoso que se coloca o se dibuja detrás y alrededor de la cabeza de una imagen.
- Si sólo rodea la frente o la parte superior de la cabeza se llama aureola.
- Si en el círculo se inscribe una cruz de brazos iguales, se llama nimbo crucífero siendo propio exclusivamente de una persona divina.
- Si el nimbo tiene forma de triángulo, se denomina nimbo triangular que es exclusivo de la persona del Padre.
El nimbo fue empleado por los egipcios, griegos y romanos en imágenes
de dioses y emperadores como símbolo de poder y grandeza. Algunos
sostienen que no estuvo en uso en la iconología cristiana hasta el siglo IV
y aun entonces se aplicaba indiferentemente a las variadas efigies y
personificaciones. Sin embargo, el nimbo cristiano se encuentra en
imágenes ubicadas en las catacumbas. Los cristianos imitaban ya la
costumbre de los romanos, que rodeaban con un símbolo luminoso a los
dioses y emperadores. Desde el siglo VII, se generaliza a todos los santos pero aún se conserva para otros personajes hasta el siglo XII según se aprecia en miniaturas de algunos códices en marfiles y mosaicos.
En el caso de los santos cristianos, el nimbo que rodea la cabeza
simboliza la luz divina que alcanza el entendimiento del hombre, el cual
la irradiará a su alrededor.
El nimbo también se ha utilizado en animales, en la medida que estos
últimos simbolicen a personajes sagrados. El cordero y el fénix que
simbolizan a Cristo están a menudo "nimbados".
El nimbo crucífero se halla desde el siglo VI (por ejemplo, en las fiolas del Tesoro de Monza) y el nimbo formado por estrellas se aplica a la Virgen María desde el siglo XVI. En algunas escuelas regionales de pintura se usó en la Edad Media el nimbo poligonal, reservado para personajes del Antiguo Testamento.
En la iconografía tántrica del budismo tibetano, el cuerpo de los
buddhas y los bodhisattvas aparece con un doble nimbo: uno en torno a la
cabeza (como es usual en el arte cristiano) y otro mayor aureolando el
cuerpo sentado sobre la flor de loto.